Madres de Plaza de Mayo

Fundada en 1976 por Azucena Villaflor, Esther Ballestrino, María Ponce y Josefina García de Noia

Las Madres de Plaza de Mayo, fundadas en 1977 durante la dictadura de Jorge Rafael Videla, tienen como objetivo inicial recuperar con vida a los detenidos desaparecidos y luego buscar justicia por los crímenes de lesa humanidad. Surgieron como un grupo de protesta en la plaza homónima de Buenos Aires, utilizando un pañuelo blanco como símbolo distintivo. A pesar de la persecución y represión durante la dictadura militar, continuaron con sus marchas y actos, exigiendo condena para los responsables. Incluso tras la llegada de la democracia en 1983, persistieron en su lucha. Actualmente, existen dos grupos principales: el liderado por Hebe de Bonafini y el de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, ambas continuando con sus manifestaciones semanales en la Plaza de Mayo.

Biografía

La cantidad de personas detenidas-desaparecidas considera una lista abierta, ya que solo incluye casos denunciados por familiares. Las Madres de Plaza de Mayo reclaman 30.000 desaparecidos y creen que hay muchos casos no denunciados. Algunos activistas de derechos humanos consideran esta cifra simbólica, ya que es imposible conocer el número exacto. La Secretaría de Derechos Humanos afirma que el Estado argentino ha otorgado indemnizaciones económicas a 13 000 familias de desaparecidos.

En cuanto a los inicios, el objetivo inicial del grupo era conseguir una audiencia con el presidente de facto argentino, Jorge Rafael Videla. Se reunieron en la Plaza de Mayo y realizaron una manifestación pública pacífica para conocer el paradero de sus hijos. La elección de la Plaza de Mayo se debió a su ubicación frente a la Casa Rosada y su historia como lugar de manifestaciones políticas. A pesar de la represión policial, las Madres continuaron sus encuentros, marcando así el comienzo de su lucha.

El secuestro de algunas de las Madres, como Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y María Ponce de Bianco, por parte de militares en 1977, demostró la brutalidad del régimen. A pesar de esto, las Madres continuaron su lucha, ganando reconocimiento internacional durante el Mundial de Fútbol de 1978 en Argentina.

La resistencia de las Madres continuó durante la dictadura militar y la transición a la democracia, enfrentando incluso al presidente Raúl Alfonsín para exigir respuestas sobre los desaparecidos. La división del grupo en Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora reflejó diferencias de opinión sobre cómo abordar la búsqueda de los hijos desaparecidos.

Durante los años siguientes, las Madres continuaron su lucha, ampliando su alcance a nivel internacional y enfrentando al gobierno de Carlos Menem por sus políticas neoliberales. Organizaron eventos masivos y tomaron acciones directas, como la ocupación de la Catedral de Buenos Aires.

En resumen, las Madres de Plaza de Mayo han sido un símbolo de resistencia y lucha por los derechos humanos en Argentina, enfrentando a regímenes autoritarios y buscando justicia para sus hijos desaparecidos. Su legado continúa inspirando movimientos de derechos humanos en todo el mundo.

Durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, las Madres de Plaza de Mayo jugaron un papel destacado. En 2006, la llamada «Marcha de la resistencia» cesó, indicando un cambio en la percepción hacia el gobierno. Sin embargo, algunas agrupaciones de derechos humanos y partidos de izquierda continuaron manifestándose. En 2016, se inauguró la obra Pasos Encontrados en Rosario, un proyecto aprobado por el Concejo Municipal. También se cedió un edificio a la Fundación Madres de Plaza de Mayo en 2007, donde se estableció un jardín maternal y otras instalaciones.

Hubo incidentes en 2008 y 2014 donde los dibujos de los pañuelos blancos fueron manchados con pintura negra y roja respectivamente.

En 2015, durante una manifestación en La Plata, un grupo incendió un muñeco de papel con la figura de Hebe de Bonafini, generando repudio generalizado.

Tras la asunción de Mauricio Macri en 2015, las Madres de Plaza de Mayo reanudaron las «marchas de la resistencia» y fueron objeto de agresiones verbales por parte de sus simpatizantes. Hubo ataques a la emisora de las Madres y a murales en homenaje a ellas. Además, se impidió su acceso a la Plaza de Mayo en una manifestación, y el gobierno intervino unilateralmente en la Universidad de las Madres.

Las Madres de Plaza de Mayo abogan por los derechos humanos y mantienen vivo el recuerdo de sus hijos desaparecidos. Su lema «Ni un paso atrás» refleja su firmeza en la lucha por la verdad y la justicia.