Tita Merello

Actriz, vedette y cantante de tango y milonga – Buenos Aires, Argentina 11 de octubre de 1904 ​- Buenos Aires, Argentina, 24 de diciembre de 2002

Tita Merello, nacida como Laura Ana Merello en San Telmo, Buenos Aires, el 11 de octubre de 1904, fue una icónica actriz, vedette y cantante argentina del tango y la milonga. Reconocida como una de las pioneras en la modalidad vocal femenina del tango en la década de 1920, alcanzó la fama por sus interpretaciones de temas como «Se dice de mí» y «La milonga y yo».

En el ámbito cinematográfico, debutó en el primer filme sonoro argentino, ¡Tango!, junto a Libertad Lamarque. A lo largo de los años 30, consolidó su carrera con películas como La fuga (1937). Junto a Luis Sandrini, incursionó en el cine mexicano en los años 40, destacándose en Cinco rostros de mujer, por la cual recibió el premio Ariel. En los años 50, vivió su apogeo con filmes como Los isleros (1951) y Mercado de Abasto (1955).

El golpe de Estado contra el gobierno de Perón la llevó al exilio en México, pero regresó en los años 60 para continuar su carrera, mayormente bajo la dirección de Enrique Carreras. Su participación en La Madre María (1974) la elogió la crítica y le proporcionó una renovada popularidad. Se retiró en 1985, pero continuó activa en apariciones públicas y en medios de comunicación, recibiendo distinciones como Ciudadana Ilustre de Buenos Aires en 1990 y el premio Podestá a la Trayectoria en 1991. Falleció a los 98 años en la Nochebuena de 2002, dejando un legado de treinta y tres películas, veinte obras teatrales y numerosas participaciones en radio y televisión.

Un recorrido a través de

Imágenes y Momentos

Tita Merello y Santiago Arrieta

En la película La fuga (1937).

Tita Merello

«Yo soy un cacho de Buenos Aires».

Tita Merello

“La vida es un espectáculo, cada cual ve lo que quiere.”

Tita Merello

“Soy una tremenda pecadora, porque fui una buscadora de amor. No me daba cuenta de que el amor no se busca, se encuentra.”

Tita Merello

Año 1952.

Tita Merello

 Retratada con su perro Corbata hacia fines de los años 1970.

Biografía

Tita Merello nació en 1904 en San Telmo, Buenos Aires, en una familia pobre. Tras la muerte de su padre, vivió una infancia marcada por la adversidad y la falta de afecto. Trabajó desde joven en diversos oficios, incluso en el campo, antes de establecerse con su madre y su medio hermano en Buenos Aires. A pesar de no recibir educación formal, se destacó en los ambientes marginales de la ciudad, construyendo una exitosa carrera en el mundo del tango y el cine argentino, sin haber pasado por conservatorios ni escuelas de arte escénico. Su talento y voluntad la llevaron desde los bares del bajo porteño hasta el estrellato en la escena nacional.

Tita Merello inició su carrera en el mundo del espectáculo como corista en el Teatro Avenida en 1917, cuando apenas tenía 13 años. Sin embargo, su debut en la obra «Las vírgenes de Teres» en 1920 no fue bien recibido por el público, experimentando silbidos y abucheos. A pesar de este revés, Merello perseveró y continuó actuando en diversos lugares, como el Teatro Porteño y las cafeterías de la Avenida de Mayo, donde empezó a ganar popularidad por su interpretación del tango «Titina».

Aunque carecía de educación formal, Merello aprendió a leer por su cuenta y desarrolló su talento artístico. En 1923, se convirtió en vedette en el Teatro Maipo, donde cantó su primer tango, «Trago amargo». A partir de entonces, su carrera empezó a despegar, y durante su tiempo en el Maipo, compartió escenario con destacados cómicos como Pepe Arias y Luis Arata.

Su incursión en el ámbito discográfico comenzó en 1927, cuando grabó varios temas para diferentes sellos. A lo largo de su carrera, no solo demostró su habilidad como actriz, sino que también incursionó en la composición de tangos, creando piezas como «Llamarada pasional».

En 1933, Merello hizo su debut cinematográfico en «¡Tango!», la primera película sonora argentina. A partir de entonces, participó en numerosas producciones cinematográficas, consolidándose como una reconocida actriz, especialmente después de su actuación en «La fuga» (1937), donde recibió elogios de la crítica por su interpretación de una cantante de cabaret.

La consagración definitiva de Merello llegó en la década de 1940 con películas como «Filomena Marturano» (1948) y «Los isleros» (1950), por las cuales recibió varios premios y reconocimientos. Durante su carrera, Merello demostró una versatilidad notable, interpretando una amplia gama de personajes tanto en cine como en teatro, y se ganó el cariño del público argentino con su talento y carisma únicos.

Durante los convulsos años que siguieron al derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955, Tita Merello enfrentó desafíos políticos y profesionales que la llevaron al exilio y marcaron su carrera de manera significativa. A pesar de la prohibición gubernamental, Merello insistió en que Pepe Arias fuera su coprotagonista en «Mercado de Abasto» (1955), desafiando así las restricciones impuestas por el gobierno peronista. La actividad cinematográfica durante el gobierno de Perón había sido intensa pero marcada por el favoritismo y la censura, lo que afectó la calidad de las producciones. Tras el golpe de Estado de 1955 y el inicio del régimen autodenominado Revolución Libertadora, la persecución política se intensificó, y Merello se vio investigada por contrabando y presionada laboralmente.

Ante este panorama, Merello decidió exiliarse en México, donde se encontraban otras figuras argentinas como Libertad Lamarque y Amanda Ledesma. Sin embargo, la situación no fue fácil, ya que su amigo Jorge Negrete había fallecido y la productora con la que había trabajado anteriormente había quebrado. A pesar de sus esfuerzos por regresar a Argentina, las restricciones persistieron para aquellos vinculados al movimiento peronista, lo que limitó sus opciones laborales en su país natal.

No fue sino hasta 1958, con la asunción de Arturo Frondizi como presidente de Argentina, que Merello pudo regresar definitivamente a Buenos Aires. A su regreso, se reintegró a la escena artística local, participando en diversas producciones teatrales y televisivas. Su carrera experimentó altibajos en los años siguientes, protagonizando algunas películas poco exitosas pero también alcanzando roles destacados en producciones televisivas como «Acacia Moreno» (1964).

A pesar de los reveses profesionales, Merello mantuvo su popularidad y relevancia en la industria del entretenimiento argentino, gracias a su carisma y talento únicos. En los años siguientes, continuó participando en programas televisivos populares y recibió reconocimientos por su trayectoria. Su legado perdura hasta hoy como una de las figuras más emblemáticas del cine y la música argentinos.