María la Grande

María la Grande, también conocida como María la Vieja o simplemente la Reina, fue una destacada cacique tehuelche a principios del siglo XIX. Nació en 1780 en la Patagonia Argentina y murió a comienzos de 1840 en la Patagonia, Argentina.

Su influencia se extendió por toda la Patagonia, desde Punta Arenas hasta Carmen de Patagones y el Río Negro. Fue llamada «la Grande» por Luis Vernet, en referencia a la zarina rusa Catalina II de Rusia, cuando la conoció en la Península Valdés en 1823.
Las primeras referencias sobre María datan de 1792, cuando el teniente Juan José Elizalde desembarcó en Santa Cruz y la encontró junto a su padre, el cacique Vicente, y su madre Cogocha, quien oficiaba de traductora. En 1820, James Weddell, cazador de focas, la conoció y la identificó como líder de los tehuelches, destacando su habilidad como oradora y pacificadora.
El marino Robert Fitz Roy también se refirió a María cuando la trató en 1827, describiéndola como una líder respetada y hábil jinetera que hablaba español y sabía relacionarse con los extranjeros. Durante la primera expedición británica de reconocimiento de las costas patagónicas, el capitán Phillip Parker King visitó su toldería en la bahía San Gregorio, en el estrecho de Magallanes. King describió la importancia económica de María, quien intercambiaba bienes con los colonos europeos y dirigía un grupo de alrededor de 120 guerreros.

Un recorrido a través de

Imágenes y Momentos

María la Grande.

Imagen recreada con Inteligencia Artificial

Uno de los aspectos más destacados de su vida es que llegó a las Islas Malvinas en 1831 para acordar con Vernet el intercambio entre las Islas y el continente, siendo una de las primeras mujeres en pisar las Islas Malvinas.

Kau. Los toldos tehuelches

Por ser un pueblo nómade, las viviendas de los aónikenk o tehuelches eran toldos livianos, cubiertos pieles fáciles de armar y desarmar, a los cuales llamaban Kau. La entrada era abierta y se protegía del viento con un trozo de piel a modo de puerta.

Pintura al óleo de Luisa Vernet de Puerto Soledad en 1829

En 1829, Luis Vernet, Gobernador de Malvinas, invitó a María la Grande a visitar Puerto Luis para crear una factoría en Bahía San Gregorio bajo su protección. Durante su visita, compartió la mesa con ellos y cantó en una de las veladas musicales organizadas por María Sáez de Vernet.

Biografía

María la Grande, María la Vieja o simplemente la «Reina» fue una cacique tehuelche a comienzos del siglo XIX. Su poder abarcó prácticamente toda la Patagonia, desde Punta Arenas hasta el Carmen de Patagones y el Río Negro. Fue llamada «la Grande» por Luis Vernet en alusión a la zarina rusa Catalina II de Rusia, cuando la conoció en Península Valdés en 1823. Nació en el año 1780, Patagonia (Argentina) y falleció a principio de 1840, Patagonia (Argentina).

Vida
Las primeras referencias de María datan de 1792 cuando el teniente Juan José Elizalde desembarcó en Santa Cruz encontrándose con el cacique tehuelche Vicente, su mujer Cogocha que oficiaba de traductora, y su hija a quien llamaron Mariquita.

En 1820, James Weddell conoció a María mientras viajaba cazando focas. Creyó que María era mestiza y aseguró que era una gran oradora que apaciguaba los ánimos de sus guerreros, identificándola como líder de los tehuelches.

El marino Robert Fitz Roy también se refirió a ella en 1827 cuando tenía unos cuarenta años. En esa oportunidad, María estaba acompañada por su esposo, un tehuelche muy alto, y cinco de sus hijos. María era la única que hablaba español y sabía relacionarse con los extranjeros. Era una excelente jinete y usaba aros de medallas de la Virgen María y prendedores que le sujetaban la manta sobre el pecho.

Expediciones

En 1827, durante la primera expedición británica de reconocimiento de las costas patagónicas, el capitán del barco Adventure, Phillip Parker King, conoció a María y visitó su toldería en la bahía San Gregorio, en el estrecho de Magallanes. María demostraba un gran poder económico, intercambiando bienes con los colonos europeos. King describió el lugar con detalles, señalando que alrededor de quince toldos rodeaban al de María, ubicado en el centro. Unos 120 guerreros le respondían.

María tenía muchos refugiados en sus tolderías, incluyendo desertores de buques loberos o prófugos de la justicia. William Arms y Tutis Coan, misioneros estadounidenses, destacaron su generosidad en 1833. En 1843, el capitán Blanchard del buque lobero francés Le Fleurs también la describió como vieja y con autoridad.

Fitz Roy, en una segunda expedición, presenció una ceremonia religiosa oficiada por María, donde realizaba un sincretismo entre ritos nativos y cristianos, usando una figura de madera que llamaba “su Cristo”. Este sincretismo le valió el nombre de “Santa María” que le dio Charles Darwin.

Visita a las Islas Malvinas

Uno de los aspectos más destacados de su vida es que llegó a las Islas Malvinas en 1831 para acordar con Vernet el intercambio entre las Islas y el continente, siendo una de las primeras mujeres en pisar las Islas Malvinas. Más tarde, en 1829, siendo Luis Vernet Gobernador de Malvinas, la invitó a visitar Puerto Luis para concretar la creación de una factoría en la Bahía San Gregorio bajo su protección.

Durante su liderazgo, no hubo guerras tribales en la región y ninguna tribu tomaba decisiones importantes sin consultarla. Al morir, en toda la Patagonia se encendieron hogueras en su honor durante tres días, y todas sus pertenencias fueron quemadas. Se calcula que tenía alrededor de cincuenta y tres años.

Descendencia

María tuvo una nieta, también llamada María, quien mantuvo la influencia sobre su gente y colaboró con figuras como Luis Piedra Buena y el Perito Moreno. Esta a su vez tuvo una hija, igualmente llamada María, quien tuvo hijos con Carlos Moyano, el primer gobernador de Santa Cruz.

La historia de María la Grande aporta una visión profunda del poder de las jefaturas nativas y los cambios surgidos a partir del contacto con los grupos coloniales.