Macacha Güemes, María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada

María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada, conocida cariñosamente como Macacha Güemes, nació el 11 de diciembre de 1787 en la ciudad de Salta, entonces parte del Virreinato del Río de la Plata. Fue la sexta de ocho hijos de una familia de abolengo, hija de Gabriel de Güemes Montero, tesorero real de la Corona española, y Magdalena Goyechea, descendiente de los conquistadores españoles. Su hermano mayor, Martín Miguel de Güemes, sería el célebre líder de la resistencia gaucha en el norte argentino.

Desde pequeña, Macacha se destacó por recibir una educación poco común para las mujeres de su tiempo. A los cinco años, aprendió a leer bajo la instrucción de su padre, un privilegio reservado para unas pocas mujeres de su clase. También mostró habilidades artísticas, estudiando piano y flauta, y se formó según los ideales tradicionales de su época, aunque su espíritu indomable pronto la llevaría más allá de los límites que la sociedad imponía a las mujeres.

Un recorrido a través de

Imágenes y Momentos

Macacha Güemes

Las memorias de la época cuentan que hablar con Macacha era como hablar con el mismísimo Güemes.

Macacha Güemes

Nueve hermanos y hermanas fueron los Güemes, dos mujeres y siete varones. Macacha fue la segunda hija mayor.

Orden de Güemes a uno de sus capitanes de milicias

Se dice que cabalgaba junto a su hermano arengando a las tropas y que su opinión era muy respetada por su hermano como por los jefes militares.

Mapa del «camino real» de Salta hasta Buenos Aires

Güemes es una pieza fundamental en el proyecto estratégico de San Martín, es parte del proyecto emancipador sanmartiniano.

Biografía

Su rol en la vida pública

En 1803, a los dieciséis años, contrajo matrimonio con Román Tejada, un capitán del Regimiento de Patricios de Salta, con quien tuvo una hija, Eulogia. Su vida marital, inicialmente tranquila, pronto se vio atravesada por las tensiones de los tiempos revolucionarios. Cuando su esposo fue castigado y enviado a Famatina, en La Rioja, debido a una disputa con un compañero, Macacha intercedió con una valentía poco habitual, logrando su retorno a Salta. Este episodio fue el preludio de una vida marcada por su capacidad de negociación y liderazgo.

La Revolución de Mayo de 1810 encendió en Macacha un fervor independentista que compartía con su hermano Martín. Juntos se convirtieron en un baluarte de la resistencia en el norte argentino frente a las fuerzas realistas. Fue fundamental en la organización del ejército gaucho conocido como «Los Infernales», transformando su hogar en un centro de operaciones donde se confeccionaban uniformes y se planeaban estrategias.

Espionaje y liderazgo en la Guerra Gaucha

Macacha asumió peligrosas tareas de espionaje, valiéndose de su ingenio para burlar a las fuerzas realistas. Ocultaba mensajes en las costuras de su ropa, en troncos de árboles o incluso viajaba a caballo al campamento de su hermano para entregar información crucial, aun estando embarazada. Su participación activa en la lucha, muchas veces en primera línea, rompió con los estereotipos de género de la época.

Uno de los episodios más significativos de su vida fue su mediación en el Pacto de los Cerrillos en 1816. Cuando el general José Rondeau, Director Supremo de las Provincias Unidas, acusó a su hermano Martín de traición y buscó intervenir militarmente en Salta, Macacha actuó como negociadora. Gracias a su diplomacia, logró un acuerdo que no solo evitó el enfrentamiento armado, sino que permitió la continuidad del ejército  gaucho bajo el liderazgo de Martín.

El ocaso y la Revolución de las Mujeres

Tras la muerte de su hermano en 1821, a causa de una emboscada realista, Macacha se enfrentó a una élite salteña que desconfiaba del gobierno gauchesco. Fue encarcelada junto a su madre y otras mujeres afines al partido Patria Vieja, lo que desencadenó la histórica Revolución de las Mujeres. Este alzamiento popular, liderado por mujeres y soldados gauchos, logró derrocar al gobernador José Antonio Fernández Cornejo y reinstaurar un gobierno afín a los ideales de independencia y justicia social.

A pesar de las adversidades, Macacha continuó participando en la vida política, apoyando al Partido Federal y oponiéndose a las autoridades unitarias que buscaban perpetuar el control centralista.

Sus últimos años y legado

En sus últimos años, Macacha se retiró de la vida pública, dedicándose al cuidado de su nieto, Virgilio Mariano Tedín, y viviendo con modestia en su ciudad natal. Falleció el 7 de junio de 1866 a los 78 años. Sus restos descansan en el Cementerio de la Santa Cruz de Salta.

Aunque su figura fue olvidada por la historiografía tradicional durante gran parte del siglo XIX, el revisionismo histórico rescató su papel como una de las mujeres más destacadas de la Independencia argentina. Es recordada con respeto y cariño como la «madre del pobrerío» debido a su cercanía y empatía hacia los sectores más humildes.

Hoy, calles, plazas y bulevares llevan su nombre como un homenaje a su valentía y dedicación a la causa de la libertad. Entre ellos, el Bulevar Macacha Güemes en Puerto Madero, Buenos Aires, es un símbolo de su legado en la memoria colectiva de nuestro pueblo.